
Hoy, casi 10 años después, me siento más enamorado de esa chiquilla soñadora, sentimental y entregada a su familia, así como de sus cachetes, su pelo y todo lo demás. Cuando veo el fruto de nuestro amor (ya saben a quien me refiero) me siento sumamente realizado y le doy gracias a Dios por permitirme conocerla. Ayer asistimos a un Retiro para Matrimonios en San Gerónimo de Moravia y les comparto la foto de ese momento.
Deseo continuar enfrentando con ella los retos de esto tan hermoso que llamamos VIDA, hasta que la muerte nos separe y con la ayuda de Dios.
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